ANTONIO MACEO, MI DIARIO, MI VIDA.

Querido diario:

"Mi existencia es dejar constancia de ella" Sobre este libro, al que ni se le puede llamar diario, pues es un sencillo cuaderno con unas cuantas hoja en blanco, me dispongo a rellenar con fragmentos de mi vida. 
Empecemos por el principio, mi nombre es Antonio Maceo y Grajales , nací el 14 de Junio de 1845 en el pequeño municipio San Luis, una zona rural de Santiago de Cuba, perteneciente a el imperio de España (que muy pronto no será así, o al menos lucharé por ello). Nací en una familia humilde, sencilla y pobre. Nuestra familia siempre ha estado al servicio del campo. Gracias a el conseguimos la mayor parte de nuestra renta, y alimento para subsistir. Nuestra casa no es gran cosa, pero es suficiente para una vida digna, y para albergar a las ocho personas que componen mi familia. A lo largo de los años, mis padres se han preocupado de manera notable por la educación, tanto mía y de mis cinco hermanos. Mi padre, Marcos Maceo, se casó con mi madre, Mariana Grajales. Se conocieron durante una época de exilio. Mi padre me ha enseñado algunas tácticas de guerra, las cuáles me han sido muy útiles a lo largo de mi vida, y espero que me sigan siendo. Por otro lado, mi madre me educó en mis ámbitos del honor y disciplina, fortaleciendo el trabajo de mi padre en el entorno de las armas. El trabajo de mis progenitores ha sido la base de la forja de carácter y, creo, que va ser importante en relación con mi vida militar, ya que según decían cuando era pequeño "apuntaba maneras de revolucionario" y así es, rara vez se equivocaban. Y es que mi destreza con las armas y mi apodo "titán de bronce" se la debo a mis padres. ¡Olaja y siguieran en vida para ver lo que es Cuba hoy! Pero por desgracia, la tuberculosis se los llevo en vida a los dos...Al menos no estarán solos allá donde hayan ido, os quiero mis queridos padres. 

Me he puesto melancólico, y apenas he comenzado ¡Ay, cuantas cosas te habré de contar! Ando un tanto escaso de tiempo para seguir describiéndote el comienzo de una historia que sucederé con detalle, pero las tareas de oficio me llaman, y no se las puede hacer esperar. ¡Pero, no te preocupes! Intentaré y pondré todas mis ganas en poder escribir en ti un pedacito de mi vida para que esto quede en tu memoria y en la mía, para leerlo en la posteridad y pensar "qué tiempos aquellos y que locos andábamos"



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15 de Marzo de 1878

Ya me lo esperaba yo de estos españolitos, que malo es conocerse. Sabía, por mi experiencia que los españoles iban a venir de buenas para poner fin a la guerra de los diez años ¡Qué pacíficos son cuando quieren! Bueno, más bien cuando ya no pueden. No entiendo de mi asombro, estaba claro. Y es que, hoy me había levantado con una extraña sensación, y ¡vaya si no me he equivocado! No eran más de las doce del mediodía, con el sol en lo más alto en un día de tregua, cuando ha llegado el "señor general" Martinez Campos, como así se hace llamar porque más cobardes no los hay, con un ejército tras sus espaldas, al campo militar de Zajón. ¡Cómo no...! Lo que más me ha gustado ha sido el hecho de pedir la paz con las armas en mano...Cobardes españoles. Nos quieren sublevar y apaciguar porque saben que somos más fuertes y ágiles que ellos, que mi ejército viene ganando guerras, y claro, se les esta iendo de las manos. Pero era de esperar que su propósito se cumpliera, y ¿A cambio de qué? a cambio de una "amplia" amnistía, reformas políticas y la "abolición" de la esclavitud o al menos eso dicen...

No tengo porque escribir que esta es una noticia non grata para mi persona, porque tú, más que nadie, mi querido diario, que te expreso todos mis pensamientos y sentimientos a diario, sabes que esta paz española no era para nada deseada por mi, y por muchos de los míos. Ante esta situación me niego a quedarme bajo los sucios mandatos del reinado español ¡ESTADOS UNIDOS ALLÁ VOY! y me marcho, sin pensarlo dos veces, me voy dejando atrás a lo único que me quedaba y quería, me voy Cuba.

La verdad es que no tardaré mucho en irme de aquí, esta misma noche junto con otro grupo de indignados zarperemos rumbo a estados unidos.
Pero antes de irme no va a pasar desapercibido mi descontento, ante esta situación he decidido reunirme en la tarde con Martínez Campos, que se ha conocido como la Protesta de Baraguá, en la que ni corto ni perezoso le he comunicado al general español mi desacuerdo con el Pacto del Zanjón
Espero al menos no ahogarme en la travesía  y poder seguir narrando mi vida. Hasta pronto querido diario, te escribo al otro lado del mar Caribe.


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15 de Mayo de 1895:

¡CASI VEINTE AÑOS HAN PASADO DESDE QUE ME FUI DE MI QUERIDA CUBA! Ay, patria de mi alma y de mi corazón ¿por qué tuve que dejarte, con lo que yo amana la vida que tú me dabas? Ah, recuerdo...¡por culpa de los bastardos españoles! Malditas sean sus paces que no sirven para nada, son simples y meras farsas, solo son palabras que no llevan a ninguna parte. Pero hoy, si hoy, tras varios años y años de reflexión, junto con mis compañero Flor Crombet y otros oficiales, como mi amigo y poeta, José Martí y Máximo Gómez, hemos decidido tomar rumba hacia ti mi patria querida. Aún es  temprano, y todavía no hemos llegado, pero ya siento la brisa costera de mi bella Cuba por mi erosionada piel consecuencia de tanta guerra. ¡INJUSTICIA QUE NO SEAS SOLAMENTE NUESTRA! De los que te queremos de verdad, por eso, me hallo de vuelta con la intención, intención no, OBLIGACIÓN de revindicar la independencia de ti, mi querida y bella Cuba. ¡Ay Dios mío! Presa de los españoles, ¿qué te habrán hecho los bárbaros españoles en mi ausencia? Despojarte de tus ropas, tus cultivos, tus árboles, tu vida, despojarte de tus verdaderos hijos que son los cubanos. Tus hijos, que marchamos al exilio por culpa de estos bárbaros y sus necias palabras ¡Pobres inocentes! Les creyeron como el color del agua. Pero hoy, cuando tome tu majestuosa orilla, te prometo mi cuba querida que, tomaremos represarias contra la enemiga española que tanto daño te ha ocasionado. Y esta vez no estaremos solos, con la ayuda proporcionada del ejército estadunidense, que se ha percatado de tales barbaries e injusticias, nos ha cedido una nave para volver a nuestra tierra. Y no solo eso, la piedad existe, ¡Y LA JUSTICIA!, y la haremos, con ayuda de los EEUU,. Haremos pagar a España lo que hizo contra nuestra patria.¡LIBERTAD E INDEPENDENCIA! Gritaremos a los cuatro vientos a nuestra llegada, y no es menos pensar que nuestros aliados nos han de apoyar. ¡NUESTRA TIERRA, TIERRA CUBANA, TIERRA DE LIBERTAD! Lucharemos, con todo sentimiento y honor, por despojar a las garrapatas españolas de Cuba. 
Ya siento los tambores, ya estamos llegando a costa occidental, que avidez de pisar tu blanca arena y mojarme la cara con tu agua clara. En tres días se reiniciará una nueva guerra por la independencia. El aullido de venganza resopla, ya no tienen escapatoria. 
Luchar o morir en la lucha.


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Algún día del mes de Mayo de 1895

No sé ni en que día me encuentro, lo que si sé es que la guerra no ha hecho más que comenzar. Como cada día me he levantado en el campo militar con la única intención de blandirme en combate por la libertad de mi pueblo. Son muchas las batallas que llevo tras mi espalda, y comienzan a ser pesadas,pero soy el "titán de bronce" y sé como sobrellevar este peso, pero esto no me quita ganas de luchar por los míos.Hemos llevado el  a la zona occidental de la isla, la más rica, y  hemos arrasado todo lo que encontrabamos a nuestro paso con la táctica de tierra quemada. No es una táctica que me agrade puesto que sé lo que significa perder los cultivos de todo un año pero es la guerra y hay que afrontarla. Hoy nos ha llegado una carta de Estados Unidos en la que nos ofrecia abiertamente su apoyo abiertamente ¡Esos españolitos van a saber lo que de verdad es una guerra!
Al fin en mis aposentos, si así se le puede llamar a una cama de paja en una habitación con otros 20 hombres,  y tras largas horas de combate, guerrillas, al llegar al campamento me ha exaltado una noticia para nada agradable. Se conoce que hoy mismo ha muerto en combate mi querido amigo, José Martí, en uno de sus enfrentamientos por la independencia contra los españoles. No es una buena manera de acabar el día, para nada agradable. La guerra es así caen amigos, conocidos, familiares, uno a uno, sin poder evitarlo, porque la guerra es se asocia a la pérdida de vidas. Lo peor es que él no será el último en caer...caeremos más y me incluyo, porque no se sabe que nos deparará el destino, y quizá sea yo quién muera mañana en combate. Eso si, morimos luchando por algo que amamos, y eso no nos pesa, pero el dolor de una pérdida tan cercana es incontrolable. Lucharé con más fuerza por los que cayeron, por ellos, por la patria, por nosotros, por la libertad y por los que vendrán. Me dispongo a descansar, mañana habrá otra batalla que ganar.

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5 de Diciembre de 1896

Me temo que voy a morir sin ver en que desemboca este conflicto. Son ya siete días lo que llevo en cama, esperando que estas héridas se cierren. Supongo que ya soy demasiado mayor y las batallas me están pasando factura. Apenas me queda sangre para tapar heridas, toda la he derramado en el campo de batalla,  y piel que de forma a estas cicatrices. Definitivamente son pocos los días que me quedan de vida, sin no son horas. ¡Maldigo el día que planeé esa emboscada para los españoles! Si no fuese por aquel día quizá pudiera seguir luchando por la libertad de mi amada Cuba. No tengo más fuerzas para escribir. Sí alguna vez vuelve a tocar mi pluma este diario será señal de que todo a mejorado, si no ya sabes lo que ha pasado.
Me despido de ti mi fiel amigo, mi confesor, y espero que todas estas muertes no se hayan dado en vano, y que en un futuro, los cubanos gozen de independencia y libertad.

Que mi recuerdo no caiga en el olvido, tampoco el de todos aquellos que lucharon por lo que hoy teneís en vuestras manos.

                    ¡V I V A     C U B A     I N D E P E N D I E N T E !